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== Siete mitos a despejar ==
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== Un resumen mínimo del estado de la ciencia ==
La evidencia experimental ha mostrado que los bebés al nacer ya traen mucha información sobre cómo opera el mundo físico. Por ejemplo, saben que los objetos sólidos no pueden interpenetrarse ni desaparecer espontáneamente. Por eso desde muy pequeños nos sorprende la magia. Otro tanto pasa con nuestro sentido numérico: traemos ya implícita una «recta numérica mental» que nos lleva a ordena las cantidades de forma secuencial de menor a mayor. Yo mismo pasa con las relaciones con otras personas: los bebés ya tienen una sofisticada «teoría de la mente». Desde pequeños ya hacemos estimaciones de lo que piensan otras personas. ¡Incluso especulamos acerca de lo que otros piensan sobre lo que nosotros pensamos de ellos!
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La evidencia experimental muestra que los bebés al nacer ya traen mucha información sobre cómo funciona el mundo. Por ejemplo, saben que los objetos sólidos no pueden atravesarse mutuamente ni desaparecer espontáneamente. Por eso desde muy pequeños nos sorprende la magia. Otro tanto pasa con nuestro sentido numérico: traemos ya implícita una «recta numérica mental» que nos lleva a ordena las cantidades de forma secuencial de menor a mayor. Yo mismo pasa con las relaciones con otras personas: los bebés ya tienen una sofisticada «teoría de la mente». Desde pequeños ya hacemos estimaciones de lo que piensan otras personas. ¡Incluso especulamos acerca de lo que otros piensan sobre lo que nosotros pensamos de ellos!
    
En particular resulta interesante que el cerebro del bebé ya opera con probabilidades: su mente genera espontáneamente hipótesis que establecen cuáles resultados son más probables en una situación dada y luego prueba para calibrar su predicción y desarrollar el modelo mental que mejor describa cada situación, así se trate de una relación social, una situación física o una idea del lenguaje o las matemáticas, por ejemplo. ¡Son como pequeños científicos!
 
En particular resulta interesante que el cerebro del bebé ya opera con probabilidades: su mente genera espontáneamente hipótesis que establecen cuáles resultados son más probables en una situación dada y luego prueba para calibrar su predicción y desarrollar el modelo mental que mejor describa cada situación, así se trate de una relación social, una situación física o una idea del lenguaje o las matemáticas, por ejemplo. ¡Son como pequeños científicos!
    
Pero además de operar en «modo de científico» para afinar los modelos mentales con que nacen, los pequeños tienen otro dispositivo de aprendizaje: cuando los adultos a su alrededor les señalan que es necesario poner atención (por ejemplo viéndolos directamente a los ojos o señalando objetos con el dedo), los niños «encienden la grabadora», por así decirlo. Entran en modo de aprendiz y absorben activamente lo que se les dice. Por eso en general la exposición a la TV o a las pantallas no genera mucho aprendizaje: porque no hay señales que indiquen que pongan atención. Y por lo mismo, es muy fácil que absorban información falsa cuando un adulto los invita a poner atención. Un ejemplo benigno es la creencia en Santa Claus. Un ejemplo bastante más negativo es la forma en que los pequeños absorben los prejuicios raciales de sus mayores.
 
Pero además de operar en «modo de científico» para afinar los modelos mentales con que nacen, los pequeños tienen otro dispositivo de aprendizaje: cuando los adultos a su alrededor les señalan que es necesario poner atención (por ejemplo viéndolos directamente a los ojos o señalando objetos con el dedo), los niños «encienden la grabadora», por así decirlo. Entran en modo de aprendiz y absorben activamente lo que se les dice. Por eso en general la exposición a la TV o a las pantallas no genera mucho aprendizaje: porque no hay señales que indiquen que pongan atención. Y por lo mismo, es muy fácil que absorban información falsa cuando un adulto los invita a poner atención. Un ejemplo benigno es la creencia en Santa Claus. Un ejemplo bastante más negativo es la forma en que los pequeños absorben los prejuicios raciales de sus mayores.
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El cerebro está especialmente dispuesto para el aprendizaje en los primeros años de vida y hasta la adolescencia. Aunque el número de neuronas no cambia, se incrementa dramáticamente el número de conexiones entre ellas. Esto hace que en ese período los niños y niñas sean capaces de aprender de manera  acelerada y fluida. Esto es muy notable en el caso del lenguaje. Para facilitar el multilingüismo es muy importante exponer a los chicos a múltiples idiomas en los primeros años de vida, pues no tienen ninguna dificultad en aprenderlos simultáneamente. Nunca dejamos de ser capaces de aprender, pero se hace más difícil con los años.
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Una particularidad de la combinación de modelos mentales que ya trae el cerebro al nacer y de que operamos como pequeños científicos desde entonces es que ''el error resulta ser una parte fundamental del aprendizaje''. Los errores señalan desajustes entre el modelo mental y la realidad. Lo importante es que el estudiante reciba retroalimentación pronta, precisa acerca de la naturaleza del error y en un ambiente positivo y sin tensión, para que aproveche dicha retroalimentación y modifique el modelo mental correspondiente. Esto significa que la evaluación ''es una parte integral del proceso educativo''. Pero para que funcione no basta calificar a los estudiantes (buenos, regulares o malos), sino que es necesario que la información de la evaluación les sirva para cambiar. Esto explica por qué herramientas como las [[Rúbrica (Herramienta pedagógica)|rúbricas]] pueden ser tan útiles: no solo evalúan, sino que de forma inmediata dan información útil para la mejora. También explica por qué es importante que la devolución de resultados de pruebas se acompañe de explicaciones sobre lo que se hizo bien y lo que se hizo mal. Tanto la retroalimentación sobre lo correcto como sobre lo incorrecto es útil para ajustar nuestros modelos mentales. Y finalmente, ¡también explica por qué las notas son tan contraproducentes! Sacar un 80 o un 50 no dice nada acerca de qué se hizo bien o dónde se cometieron errores, solo contribuye a generar ansiedad y el sentido de ser un «talentoso» o un «perdedor». En ambos casos los estudiantes no aprenden que su nivel de esfuerzo y las modificaciones de su conducta son más importantes para el aprendizaje que la supuesta inteligencia.
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Finalmente, la investigación neurocientífica crecientemente reconoce que el sueño tiene un papel fundamental en la memoria y el aprendizaje. Cuando dormimos el cerebro traslada los aprendizajes importantes de la memoria de corto plazo a la memoria de largo plazo. Por ello, entre otras cosas, conviene el repaso previo a dormir, pero también las múltiples sesiones cortas en días distintos, antes que una sesión larga de aprendizaje, pues dan tiempo a que el estudiante duerma y fije mejor lo aprendido. Curiosamente, los adolescentes tienen el horario de sueño corrido, no son perezosos. Una medida sencilla que ayudaría mucho a su atención y aprendizaje en el contexto escolar sería iniciar el horario de secundaria más tarde que el de primaria. Nomás hay que desterrar la noción heredada.
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¿Pueden las computadoras aprender como nosotros? Aún no, afirma Dehaene. La combinación de modelos preexistentes y ajuste probabilístico significa que los niños pueden generalizar a partir de muy poca información. Mientras tanto, las máquinas necesitan que se les explique todo en detalle. Para competir con nosotros primero tendrán que aprender a usar nuestra forma de aprendizaje.
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== Siete mitos a despejar ==
 
# Los niños no son tablas rasas: ya en el primer año vienen equipados con gran cantidad de información sobre objetos, números, probabilidades, espacio y personas.
 
# Los niños no son tablas rasas: ya en el primer año vienen equipados con gran cantidad de información sobre objetos, números, probabilidades, espacio y personas.
 
# El cerebro del niño no es una esponja que absorbe todo obedientemente de su ambiente. Aún las disrupciones sensoriales no evitan desarrollar conceptos abstractos.
 
# El cerebro del niño no es una esponja que absorbe todo obedientemente de su ambiente. Aún las disrupciones sensoriales no evitan desarrollar conceptos abstractos.